El Misterio del Reloj Antiguo B2.1
A drama story by María del Valle
En un pequeño pueblo llamado Valle Verde, la vida transcurría con tranquilidad, hasta que un día, un misterioso paquete llegó a la puerta de la biblioteca local.Nadie sabía de dónde venía, ni quién lo había enviado.La bibliotecaria, Clara, intrigada por el contenido del paquete, decidió abrirlo.Dentro, encontró un reloj antiguo, con la esfera desgastada y las manecillas detenidas en las doce.
Desde ese momento, comenzaron a suceder cosas extrañas en el pueblo.Las campanas de la iglesia sonaban a medianoche, aunque nadie las tocara.Luces se encendían y apagaban en las casas sin razón aparente.Clara, preocupada, decidió investigar el origen del reloj.Recordó que en el archivo de la biblioteca había antiguos registros del pueblo, quizás allí encontraría alguna pista.
Pasó horas revisando documentos polvorientos hasta que encontró una historia que llamó su atención.Hablaba de un relojero llamado Don Julián, quien vivió en el pueblo hace más de cien años.Según el relato, Don Julián había creado un reloj especial para la iglesia, un reloj que, según la leyenda, tenía el poder de conectar el presente con el pasado.
Clara decidió visitar a la persona más anciana del pueblo, Doña Isabel, quien quizás recordaría algo sobre esta historia.Doña Isabel, aunque sorprendida por la visita, la recibió con amabilidad."Ah, el reloj de Don Julián", dijo pensativa."Recuerdo que mi abuela hablaba de él.Decía que quien poseyera ese reloj tendría la posibilidad de cambiar el curso de los eventos.Pero hay que tener cuidado, porque puede traer consecuencias inesperadas.
Con esta nueva información, Clara se sintió aún más intrigada y un poco preocupada.Se preguntó si las extrañas ocurrencias en el pueblo estaban relacionadas con el poder del reloj.Decidió llevar el misterio a su amigo Tomás, un joven historiador apasionado por las leyendas locales.
Tomás, fascinado por la historia, sugirió que intentaran activar el reloj para ver qué sucedía.Clara, un poco escéptica pero curiosa, aceptó.Ambos se dirigieron a la iglesia, el lugar original donde el reloj debía estar.Al llegar, Clara colocó el reloj en el altar y, con un toque suave, movió las manecillas hasta las doce.
De repente, el aire se llenó de un susurro suave, y las sombras en la iglesia comenzaron a moverse.Clara y Tomás se miraron, sin saber si debían sentirse asustados o emocionados.A medida que el susurro se intensificaba, una figura apareció en la penumbra.Era Don Julián, o al menos, una proyección de su imagen.
Don Julián les habló con voz serena."El tiempo es un río que fluye en una dirección, pero a veces, un simple objeto puede alterar su curso.Este reloj fue creado para recordar a la gente que cada decisión importa.Utilizarlo con sabiduría puede traer paz, pero con imprudencia, puede traer caos." Y con esas palabras, la figura desapareció.
Clara y Tomás, aún asombrados por la experiencia, decidieron devolver el reloj a su lugar en la biblioteca, con la esperanza de que las extrañas ocurrencias en el pueblo cesaran.Y así fue.Las luces dejaron de parpadear y las campanas de la iglesia volvieron a su horario habitual.
El pueblo de Valle Verde volvió a su tranquila rutina, pero Clara y Tomás nunca olvidaron la lección que aprendieron sobre el poder del tiempo y la importancia de cada decisión.El reloj ahora descansa en una vitrina, como un recordatorio de que el pasado siempre está presente, de alguna manera.
Desde ese momento, comenzaron a suceder cosas extrañas en el pueblo.Las campanas de la iglesia sonaban a medianoche, aunque nadie las tocara.Luces se encendían y apagaban en las casas sin razón aparente.Clara, preocupada, decidió investigar el origen del reloj.Recordó que en el archivo de la biblioteca había antiguos registros del pueblo, quizás allí encontraría alguna pista.
Pasó horas revisando documentos polvorientos hasta que encontró una historia que llamó su atención.Hablaba de un relojero llamado Don Julián, quien vivió en el pueblo hace más de cien años.Según el relato, Don Julián había creado un reloj especial para la iglesia, un reloj que, según la leyenda, tenía el poder de conectar el presente con el pasado.
Clara decidió visitar a la persona más anciana del pueblo, Doña Isabel, quien quizás recordaría algo sobre esta historia.Doña Isabel, aunque sorprendida por la visita, la recibió con amabilidad."Ah, el reloj de Don Julián", dijo pensativa."Recuerdo que mi abuela hablaba de él.Decía que quien poseyera ese reloj tendría la posibilidad de cambiar el curso de los eventos.Pero hay que tener cuidado, porque puede traer consecuencias inesperadas.
Con esta nueva información, Clara se sintió aún más intrigada y un poco preocupada.Se preguntó si las extrañas ocurrencias en el pueblo estaban relacionadas con el poder del reloj.Decidió llevar el misterio a su amigo Tomás, un joven historiador apasionado por las leyendas locales.
Tomás, fascinado por la historia, sugirió que intentaran activar el reloj para ver qué sucedía.Clara, un poco escéptica pero curiosa, aceptó.Ambos se dirigieron a la iglesia, el lugar original donde el reloj debía estar.Al llegar, Clara colocó el reloj en el altar y, con un toque suave, movió las manecillas hasta las doce.
De repente, el aire se llenó de un susurro suave, y las sombras en la iglesia comenzaron a moverse.Clara y Tomás se miraron, sin saber si debían sentirse asustados o emocionados.A medida que el susurro se intensificaba, una figura apareció en la penumbra.Era Don Julián, o al menos, una proyección de su imagen.
Don Julián les habló con voz serena."El tiempo es un río que fluye en una dirección, pero a veces, un simple objeto puede alterar su curso.Este reloj fue creado para recordar a la gente que cada decisión importa.Utilizarlo con sabiduría puede traer paz, pero con imprudencia, puede traer caos." Y con esas palabras, la figura desapareció.
Clara y Tomás, aún asombrados por la experiencia, decidieron devolver el reloj a su lugar en la biblioteca, con la esperanza de que las extrañas ocurrencias en el pueblo cesaran.Y así fue.Las luces dejaron de parpadear y las campanas de la iglesia volvieron a su horario habitual.
El pueblo de Valle Verde volvió a su tranquila rutina, pero Clara y Tomás nunca olvidaron la lección que aprendieron sobre el poder del tiempo y la importancia de cada decisión.El reloj ahora descansa en una vitrina, como un recordatorio de que el pasado siempre está presente, de alguna manera.
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