Había una vez en un pequeño pueblo llamado Valle Verde, una niña llamada Lila. Lila era muy curiosa y le encantaba explorar. Un día, decidió aventurarse al bosque cerca de su casa. El sol brillaba y los pájaros cantaban. Lila estaba feliz.
Mientras caminaba, Lila escuchó un ruido extraño. ‘¿Qué es eso?’ pensó. Sigilosamente, se acercó al sonido. Al llegar a un claro, vio a un dragón. Era un dragón grande, pero no era malo. Tenía escamas verdes y ojos amables.
‘Hola, pequeña’, dijo el dragón con una voz suave. ‘Soy Drax, el dragón amistoso. No te asustes.’ Lila no tenía miedo. Le sonrió y le dijo, ‘Hola, Drax. ¿Por qué estás aquí solo?’
‘Estoy buscando amigos’, respondió Drax. ‘Los otros animales del bosque tienen miedo de mí porque soy un dragón.’
Lila pensó un momento. ‘No tienes que estar solo. Yo puedo ser tu amiga’, dijo con entusiasmo. Drax sonrió, y su sonrisa era muy brillante.
‘¡Eso sería maravilloso!’ exclamó Drax. ‘¿Qué te gustaría hacer?’
Lila pensó en muchas cosas. ‘Podemos jugar a las escondidas’, sugirió. Drax se rió. ‘¡Me encantaría! Pero, yo soy muy grande. No soy bueno para esconderme.’
‘No importa’, dijo Lila. ‘Tú puedes contar y yo me escondo.’ Drax aceptó y cerró los ojos. ‘Uno, dos, tres…’ comenzó a contar.
Lila corrió y se escondió detrás de un árbol grande. Drax contó hasta diez y luego buscó a Lila. Miró detrás de los arbustos y en el claro, pero no pudo encontrarla.
‘¿Dónde está Lila?’ pensó Drax. De repente, Lila salió de su escondite y gritó, ‘¡Aquí estoy!’ Drax se rió y dijo, ‘¡Eres muy buena en esto!’
Después de jugar, Lila y Drax comenzaron a hablar. Lila le contó a Drax sobre su vida en el pueblo. Ella tenía una familia, amigos y le gustaba la escuela. Drax escuchaba atentamente.
‘¿Tienes miedo de los humanos?’ preguntó Lila. Drax bajó la cabeza y dijo, ‘A veces, sí. Los humanos me ven y huyen. Pero no quiero asustar a nadie.’
Lila pensó que era triste. ‘Podemos mostrarles que eres amable. Vamos al pueblo juntos’, sugirió. Drax dudó. ‘¿Crees que me aceptarán?’
‘Sí, creo que sí. Vamos a intentarlo’, dijo Lila con confianza. Así que, juntos, caminaron hacia el pueblo.
Cuando llegaron, las personas miraron a Drax con sorpresa. Algunos niños lloraron y otros se escondieron detrás de sus padres. Lila se acercó a ellos y dijo, ‘No tengan miedo. Este es Drax, el dragón amistoso. Es mi amigo.’
Al principio, los adultos estaban asustados, pero Lila sonrió y dijo, ‘Drax solo quiere jugar y hacer amigos.’ Drax, un poco nervioso, movió su cola y se sentó.
Un niño pequeño, llamado Tomás, salió lentamente. ‘¿De verdad no nos vas a comer?’ preguntó.
‘No, claro que no’, respondió Drax con una voz suave. ‘Solo quiero ser tu amigo.’
Tomás sonrió. ‘Entonces, ¡quiero jugar!’ Drax se sintió feliz.
Lila, Drax y Tomás comenzaron a jugar en la plaza del pueblo. Todos los niños se unieron a ellos. Jugaron a la pelota, corrieron y rieron.
Poco a poco, los adultos también comenzaron a sonreír. Vieron que Drax era amigable y divertido. Drax les mostró cómo podía volar un poco, y todos aplaudieron.
Desde ese día, Drax se convirtió en un héroe en Valle Verde. Los niños lo amaban, y todos aprendieron que no se debe juzgar a alguien solo por su apariencia. Drax no era solo un dragón; era un amigo.
Lila estaba muy feliz. Había ayudado a Drax a encontrar amigos. Y Drax, por su parte, estaba agradecido por tener a Lila en su vida.
Así, el dragón amistoso y la niña curiosa vivieron muchas aventuras juntos, siempre recordando que la amistad es más fuerte que el miedo. Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.