🦉 El Misterio del Reloj Perdido C1.2
A drama story by María del Sol
En el pequeño pueblo de San Esteban, los relojes siempre marcaban la misma hora: las doce en punto.Sin embargo, no era un problema mecánico, sino una tradición que había perdurado por generaciones.Los habitantes creían que el tiempo debía detenerse para recordar un antiguo suceso que marcó la historia del lugar.
Alba, una joven periodista que había llegado al pueblo para investigar esta peculiar costumbre, se encontraba intrigada.Su interés no era únicamente profesional, sino también personal.Su abuelo, un relojero reconocido, había vivido sus últimos años en San Esteban y siempre mencionaba un reloj especial, pero nunca reveló más detalles.
Un día, mientras Alba exploraba la antigua casa de su abuelo, descubrió un diario escondido en el fondo de un viejo baúl.En sus páginas amarillentas, encontró referencias a un reloj perdido, un artefacto que, según decía, contenía el secreto del tiempo detenido.La curiosidad de Alba se incrementó exponencialmente.Decidió seguir las pistas del diario, que la llevaron a través de historias familiares y leyendas del pueblo.
A medida que profundizaba en su investigación, Alba conoció a Don Julián, un anciano con vastos conocimientos sobre el folclore local.Don Julián le habló de una cueva en las afueras del pueblo, donde el reloj había sido visto por última vez.La cueva, según contaba, estaba protegida por un complicado sistema de espejos que solo los más sabios podían descifrar.
Alba, determinada a encontrar el reloj, pidió ayuda a Martín, un joven inventor que había desarrollado un dispositivo capaz de proyectar imágenes sobre superficies reflectantes.Juntos, se adentraron en la cueva, enfrentando desafíos que parecían sacados de un cuento de hadas.Los espejos reflejaban no solo luz, sino también fragmentos de memoria, lo que les permitió comprender el significado detrás de la tradición del pueblo.
Finalmente, después de muchas horas de búsqueda, encontraron el reloj, escondido tras una pared de cristal.Era un reloj antiguo, con intrincados grabados que parecían narrar la historia del pueblo.Alba sintió una profunda conexión al sostenerlo en sus manos, como si el espíritu de su abuelo la guiara en ese momento.
De regreso al pueblo, Alba y Martín decidieron no revelar el secreto del reloj.Comprendieron que el verdadero valor radicaba en el simbolismo que representaba para los habitantes de San Esteban.En su lugar, decidieron compartir la historia detrás del reloj, una historia de unidad y esperanza, que había mantenido al pueblo unido a través de los años.
Alba regresó a la ciudad con una nueva perspectiva sobre el tiempo y los recuerdos, agradecida por haber formado parte de un misterio que, aunque resuelto, seguiría vivo en el corazón de aquellos que lo conocían.
Alba, una joven periodista que había llegado al pueblo para investigar esta peculiar costumbre, se encontraba intrigada.Su interés no era únicamente profesional, sino también personal.Su abuelo, un relojero reconocido, había vivido sus últimos años en San Esteban y siempre mencionaba un reloj especial, pero nunca reveló más detalles.
Un día, mientras Alba exploraba la antigua casa de su abuelo, descubrió un diario escondido en el fondo de un viejo baúl.En sus páginas amarillentas, encontró referencias a un reloj perdido, un artefacto que, según decía, contenía el secreto del tiempo detenido.La curiosidad de Alba se incrementó exponencialmente.Decidió seguir las pistas del diario, que la llevaron a través de historias familiares y leyendas del pueblo.
A medida que profundizaba en su investigación, Alba conoció a Don Julián, un anciano con vastos conocimientos sobre el folclore local.Don Julián le habló de una cueva en las afueras del pueblo, donde el reloj había sido visto por última vez.La cueva, según contaba, estaba protegida por un complicado sistema de espejos que solo los más sabios podían descifrar.
Alba, determinada a encontrar el reloj, pidió ayuda a Martín, un joven inventor que había desarrollado un dispositivo capaz de proyectar imágenes sobre superficies reflectantes.Juntos, se adentraron en la cueva, enfrentando desafíos que parecían sacados de un cuento de hadas.Los espejos reflejaban no solo luz, sino también fragmentos de memoria, lo que les permitió comprender el significado detrás de la tradición del pueblo.
Finalmente, después de muchas horas de búsqueda, encontraron el reloj, escondido tras una pared de cristal.Era un reloj antiguo, con intrincados grabados que parecían narrar la historia del pueblo.Alba sintió una profunda conexión al sostenerlo en sus manos, como si el espíritu de su abuelo la guiara en ese momento.
De regreso al pueblo, Alba y Martín decidieron no revelar el secreto del reloj.Comprendieron que el verdadero valor radicaba en el simbolismo que representaba para los habitantes de San Esteban.En su lugar, decidieron compartir la historia detrás del reloj, una historia de unidad y esperanza, que había mantenido al pueblo unido a través de los años.
Alba regresó a la ciudad con una nueva perspectiva sobre el tiempo y los recuerdos, agradecida por haber formado parte de un misterio que, aunque resuelto, seguiría vivo en el corazón de aquellos que lo conocían.
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